domingo, 3 de noviembre de 2013

LA MANO, día 2: SVENO Y LOS INOCENTES


Año: 2012, Director: Roman Romanovskiy, Reparto: Vladimir Smirnov, Kristina Kazinskaya, Vladimir Frolov.
Sinopsis: Un joven científico está tratando de evitar el servicio militar, así que escoge un servicio alternativo y es enviado a educar niños a un orfanato suburbano, ubicado en una antigua casa señorial. Pronto descubre que varias personas que trabajaron allí antes que él murieron en extrañas circunstancias.

El Festival de cine “La mano” nos ha brindado la oportunidad de conocer un film de terror ruso, un género poco habitual por aquellos lares y casi desconocido en nuestro país. De esta última década se podrían destacar las dos películas de Los guardianes de la noche y el día, o la reciente Winter of the dead (2012). 

Zveno -creo que significa encadenado- se beneficia precisamente de lo exótico que resulta para nosotros ver un film de miedo relacionado con la madre Rusia; aunque la película de Romanovskiy se acerca bastante a un tipo de thriller sobrenatural que ya empieza a estar pasado de moda (El orfanato, Gothica y mil más), atrae la novedad de las circunstancias que rodean el relato, el comportamiento de los personajes y el modo pausado de una cinematografía con un tiempo distinto al nuestro.

Su director exprime al máximo el uso del tétrico orfanato, y logra crear inquietud en los pasajes en los que el protagonista recorre habitaciones y lugares deshabitados y solitarios.
La trama va creciendo en interés, y otros referentes del género no tardan en aparecer; el seguidor habitual al género podrá encontrar paralelismos con films como Wicker man (1973) o similares, aunque el misterio se revele bastante antes del desenlace y no sea, ni mucho menos, tan impactante como el del clásico de Robin Hardy; muy al contrario, es previsible, pero también acorde con las pistas dejadas a lo largo del metraje.

Otro de los aciertos de la película es el actor principal, Vladimir Smirnov; lleva el peso de la narración sin problemas y consigue que nos metamos en su piel ante lo que se le viene encima.
Sveno es un film pequeño y no muy original en su totalidad, pero contiene partes sugerentes e interesantes, y es un apreciable reflejo de un cine, el ruso, que también tiene cosas que contar desde un punto de vista terrorífico.

 
Sinopsis: un grupo de jóvenes sale de excursión y pasa la noche en un albergue abandonado, 12 Colinas. Los rumores del lugar dicen que, cada 28 de diciembre, una maldición posee el edificio. Ignorando esta advertencia, los protagonistas empezarán a ser víctimas de bromas macabras.

Tengo que admitir que tenía serias dudas sobre una película dirigida por tanta gente de una escuela de cine. Después de verla mis dudas se vieron confirmadas, pero hay que decir que Los inocentes tiene el mérito de no desentonar en absoluto con cientos de otros productos que nos llegan todos los días de Usa con mayores presupuestos. De hecho, este slasher quizás sea el mejor de este subgénero rodado dentro de nuestras fronteras, y es que hasta ahora la mayoría de intentos (quitando, quizás, Tuno negro) por emular a Jason y compañía habían sido desastrosos, con títulos tan delirantes como School killer o Xp3d.

Una de las primeras cosas que me llama la atención es el parecido de este film con Slaughter High (1986), aquí titulada El día de los inocentes. En aquella, un joven gafotas es humillado y desfigurado por sus compañeros de clase; tiempo después, un grupo de amigos entre los que se encuentran algunos de los culpables, se van a una casa abandonada a pasar el día de los inocentes. Allí serán eliminados uno por uno a través de bromas mortales. Desde luego existen parecidos con Los inocentes, pero puede que sea pura coincidencia (El mundo del cine de terror es un pañuelo).

El inicio del film producido por la ESCAC es fresco y tiene su gracia; hay soltura en los diálogos y naturalidad en los actores, a pesar de que el guión cuenta con todos los estereotipos posibles: el friki, el guaperas, la guarrilla, etc.
Desgraciadamente pierde fuelle y ritmo cuando empiezan los asesinatos - casi todos ellos producidos en escenas aisladas- y que convierten Los inocentes en un rutinario Body count sin demasiada sangre y poco imaginativo.

 En su último tercio –cuando uno ya está deseando que acaben sus largos 70 minutos- la cosa remonta algo el vuelo y termina con un final correcto y un tanto cruel.
A pesar de lo irregular del asunto, se agradece el hecho de ver un producto bien intencionado y respetuoso con las reglas del género. Las mismas reglas que la hacen sólo recomendable para fans del slasher y del terror cañí.
El resto, abstenerse.  

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