Hoy voy a hablar sobre algunas de las últimas pelis que he visto de torneos; creo que alguna de ellas se puede encontrar entre lo mejor de este subgénero. Buen provecho.
CONTACTO
SANGRIENTO II, III, IV
Después de la magnífica Contacto sangriento (1988),
muchos de quienes un día fueron al video-club y alquilaron su segunda parte
quedaron profundamente decepcionados. Lo peor no era la falta -o que no se
notara- el presupuesto de la primera parte, ni que el villano no estuviera a la
altura. Lo que nadie le perdonó a esa película fue que en la caratula del film apareciese un
sosias de Van Damme, un tipo que parecía una copia del actor belga. Muchos de los que esperaban ver al protagonista de la primera parte en acción, quedaron indignados al ver que les habían intentado engañar con un sucedaneo, algo por otra parte muy habitual en los videoclubs de la época, donde podías encontrarte montones de secuelas bastardas de Alien o Terminator. El
estigmatizado actor era Daniel Bernhardt, un buen luchador de Tae kwon do y
otras disciplinas que con el tiempo ha demostrado ser algo más que un buen
imitador. Esta era su debut en la gran pantalla, y demostró ser un actor versátil,
menos espectacular que Van Damme, pero con más gestos en su rostro.
Claro que la tardía Bloodsport II (1996) no
está a la altura de su antecesora, pero vista ahora resulta un film de artes
marciales más que aceptable. El argumento continúa con la fórmula de la primera
parte –el torneo como eje central de la trama-, pero al situarse en una
prisión, mezcla con gracia los tópicos de los dos sub-géneros, dando como
resultado una cinta amena, bien ambientada, y con unos cuantos combates coreografiados con pericia.
Alan Meherz también dirigiría la tercera parte
(1997), en la que volvería a contar con secundarios tan solventes como James
Hong o Pat Morita. Más parecida a la primera parte, aquí nuestro héroe entra en
el torneo para vengar a un amigo, asesinado por el malo de turno. La película
gana en cuanto a calidad de las peleas, pero falta guión y resulta una
repetición de situaciones ya vistas. Como producto de artes marciales es
visible, pero desde luego es la más floja de la saga.
Tres años después llegaría el final de estos
contactos sangrientos. Tenemos a un Daniel Bernhardt en optimas condiciones
físicas, dando unas tremendas patadas y pegando algunos tiros. Dirige con pocas
ganas un tal Elvis Restaino, que apenas añade cambios al asunto, aunque destacaría
dos cosas: Su tono oscuro y tenebroso, y el malo más peculiar de la saga, un
ruso de nombre Caesar al que vemos continuamente rodeado de mujeres y que
parece más un villano de Bond que otra cosa. Sólo recomendaría Bloodsport IV
a fans del actor.
Gracias a estos films y otros como Sin
concesiones (1997)-en mi opinión su mejor película- llegó el reconocimiento
del mundo del cine de acción, y durante esta última década Bernhardt no ha dejado de
rodar todo tipo de producciones. A destacar sus papeles en Matrix reloaded, La
serie de Mortal Kombat o su futura aparición en la segunda parte de Los
juegos del hambre. Aunque sin duda, su mejor aparición de estos últimos
años ha sido en Parker (2013), donde se daba de tortas con Statham en
una pelea memorable.
SHOOTFIGHTER
(1992)
Seguimos con películas de torneos sangrientos y
clandestinos. En esta ocasión contamos con algunos rostros conocidos, como
Edward Albert (La galaxia del terror), Martin Kove y William Zabka (los
malos de Karate Kid), o Bolo Yeung, un habitual del género que,
sorprendentemente, no hace de villano, sino de maestro del protagonista.
Después de visto su papel, mejor que siga de asesino impávido, porque eso de
intentar comunicarse e interactuar con seres humanos no es lo suyo.
El cabeza de cartel lo interpreta con corrección
Michael Bernardo, que poco se prodigó después; intervinó en la segunda parte y
más tarde hizo algún que otro papel de secundario.
Shootfighter fue dirigida por Patrick Allen, del que no hay mucho
que decir, pues sólo llegó a realizar este film, y no lo hizo del todo mal.
Como le ocurría a las pelis de la saga Contacto
sangriento, los guiones son flojos y la trama es mecánica, previsible, pero
hay las suficientes peleas -y muy variadas- como para pasar un rato
entretenido. Se nota el buen nivel medio de los luchadores y se agradece la
intención del director de dotar al film de cierto in crecendo en la
brutalidad de los combates, que se hace patente cuando los protagonistas llegan
a la fase final del torneo.
No pasará a la historia de las artes marciales como
una gran cinta, pero sí es de esas agradables de descubrir, sobre todo a los
amantes de este tipo de productos.
FULL CONTACT
(1993)
Terminamos este especial de torneos sangrientos con
una película poco conocida, pero toda una sorpresa. Aunque estamos ante el
típico film de tipo duro que busca venganza por la muerte de su hermano,
podemos encontrar algunos puntos a favor que la hacen diferente a otras cintas
de combates a muerte: los personajes se relacionan en un tono desenfadado y el
film tiene gotas de humor poco habituales en estos productos; también se
percibe un deje deconstructivo que hace de Full contact una experiencia
muy divertida para los más curtidos a este subgénero. Por ejemplo, el maestro
que enseña el camino correcto al protagonista, es un negro obeso, perezoso y
malhumorado, que además utiliza técnicas de enseñanza callejeras poco ortodoxas
-correr detrás de un autobús- y otras originales y absurdas, como soltar un
condón para que su pupilo lo coja antes de caer al suelo.
Ahí no acaban las bondades de esta película, ya que su director, Rick Jabobson,
saca partido a su risible presupuesto, y aprovecha el rodaje en edificios
abandonados y callejones oscuros para lograr una ambientación urbana y sucia muy
conseguida. Jacobson ya venía curtido después de dirigir otros films de bajo
presupuesto, y ahora parece dedicado de lleno a las series de Tv; en su haber
hay excelentes episodios de Spartacus o Xena, y en el cine hace
unos años dirigió la psicotrónica pero divertida Bitch Slap(2008).
Las peleas no son tan vistosas como las de Contacto
sangriento, pero tenemos a varios campeones de distintas disciplinas que
aportan su veteranía y solvencia. Del reparto podemos destacar al protagonista,
Jerry Trimble, un actor del montón que no obstante aquí hace un papel correcto,
y que ha sido visto en filmes como Heat o Los Angeles de Charlie.
Las principales debilidades que podemos encontrar en
Full contact son las pobres interpretaciones y un final que intenta ser sorprendente
pero que estropea un poco el conjunto. Ah, y estad atentos, aparece Michael Jai
White en un pequeño papel, pero no da ninguna patada de las suyas.
Qué pena.