jueves, 7 de noviembre de 2013

LA MANO, día 3 y 4: DEVOURED, KING OF THE PIGS Y ESCÓNDETE



Devoured, Año: 2012, Director: Greg Olliver, Reparto: Marta Milans, Kara Jackson, Bruno Goiello.

Sinopsis: una madre inmigrante trabaja como limpiadora en un viejo restaurante de Nueva York para poder pagar la operación de su hijo enfermo. Sin amigos ni familia, tiene una vida solitaria y desesperada, ahorra cada céntimo para enviarlo a casa para su hijo. A medida que sus circunstancias empeoran, las fuerzas malignas que habitan el restaurante comienzan a atormentarla.

Un buen ejemplo de como el cine de bajo presupuesto puede convertir sus defectos en virtudes. Pocos actores, lugares solitarios, un par de escenarios y escasos diálogos; con estos ingredientes, Greg Olliver construye una película de terror pequeña pero estimulante, llena de repeticiones inquietantes (esos planos de comida) y elipsis que sabemos que esconden algo pero no tenemos la certeza de qué es.

Una de las primeras cosas que llama la atención es su tempo, pausado y alejado del terror norteamericano de palomitas, que nos va sumergiendo poco a poco en una atmósfera pesadillesca y surreal. A esto debemos sumarle una trama que incluye crítica social y fantasmas, y que son esenciales tanto para entender la historia como para disfrutar de un final acertadísimo y sangriento, que consigue hacernos olvidar lo previsible del argumento principal del film.

Olliver es habil en el uso de la profundidad de campo, y muchas escenas de suspense ganan enteros gracias a su buen manejo del espacio. 

Pero en Devoured hay un aspecto positivo que se eleva por encima de todas estas cosas: la interpretación de Marta Milans. Es todo un descubrimiento, una actriz total que encima es madrileña, y que logra acercarnos con sensibilidad a un personaje marcado por sus traumas y sus problemas internos y externos. Ojalá esta chica no caiga en el limbo y la veamos en un tiempo triunfando en las salas de cine.

Devoured no pasará a la historia del cine de terror ni lo pretende. Es posible que aburra a los acostumbrados a un cine más comercial, y puede que no sorprenda a los curtidos del thriller sobrenatural. Pero son males menores que no deben empañar un tipo de cine (el independiente) que puede ser una buena salida para que el género pueda seguir reciclándose.



Dae gi eui wang, Año: 2011, Director: Yeun Sang-ho, Animación.

Sinopsis: Kyung-min y Jong-suk no pueden tener vidas más dispares: el primero es un hombre de negocios y el segundo es un escritor sin empleo que descarga su violencia con su mujer. Ambos se encuentran una noche para recordar cuando eran adolescentes e iban al instituto, donde eran acosados por sus compañeros y donde conocieron a Kim Chul, el único capaz de defenderles.

En el cine surcoreano –no sé si en la vida real- son muy dados a las emociones extremas. Hay una tendencia al dramatismo y a prolongar las secuencias de dolor y pérdida. La violencia es algo cotidiano, cualquier discusión acaba a tortas y el suicidio y la autodestrucción siempre parecen opciones lógicas; además, la figura del antihéroe se antoja como el más agresivo de todos los personajes, aunque se pase la mitad de la película callado y quiera hacer amigos de vez en cuando.

 Quienes visiten con frecuencia los thrillers made in corea, no se alarmaran por lo que muestra el film de Yeun Sang-ho -todo lo citado y un poco más- pero encontraran novedades en el tema de fondo, ya que pocas veces los sur coreanos suelen tirar piedras contra su propio tejado, en este caso, contra las estructuras internas de sus colegios.

La crudeza reside en ser testigos de como un sistema educativo represor, instaurado para “controlar” al alumnado, machaca y desconecta las aspiraciones de todos aquellos chavales que no han tenido la suerte de nacer ricos o de ser unos matones. 

La violencia diaria forja seres sin conciencia que luego arrastraran sus traumas hasta la madurez, donde en ocasiones llegan a florecer nuevos monstruos.

King of the pigs es una película dura y poco aconsejable para depresivos o buenistas. Apenas hay una nota alegre en todo el film, y eso acaba impregnando el relato de un fatalismo cercano al sadomasoquismo, algo por otra parte también muy de los orientales en general.

La animación es correcta y realista, y en varios aspectos me recuerda la de Vals con Bashir, aquel maravilloso film Israelí del 2008. Quizás no tan brillante visualmente, Kings of the pigs se defiende en el ámbito humano y psicológico; es una película solida e interesante a la que quizás le falte algo  de empatía con el espectador, con tanto personaje desquiciado y regulero. Pero vamos, a lo mejor me equivoco y es simplemente una cuestión cultural, vaya usted a saber.
 Año: 2013, Director: Roque Madrid, Reparto: Victor Sevilla, Rubén Mascato, Raquel Arcos.

Sinopsis: Dos jóvenes parejas escogen un lugar para su botellón del sábado: un cuartel abandonado con una leyenda. Lo que parece ser una noche igual que otra, comienza a ir mal.

Galardonada con el premio a mejor película del Festival, si has leído la sinopsis ya sabrás por donde van a ir los tiros. Jóvenes alcornoques, idas y venidas interminables, leyendas de mercadillo y un lugar en ruinas para darle el tono tétrico al tema. 

Me parecería un batiburrillo aprovechable si no hubiera sido explotado hasta la saciedad en muchas producciones del último lustro, junto con los torture y los mockumentary, de los que Escóndete también bebe en grandes cantidades aunque no estemos ante un found footage al uso.

Si bien el punto de partida no es original, sí que hay elementos que varían lo suficiente para crear algo de tensión; la idea del juego del escondite con un ente sobrenatural de por medio no es nueva (El orfanato), pero aquí está tratada de otro modo, y las dos mejores secuencias (un acoso a dos personajes y el final) se aprovechan de ello.
El problema es que, aparte de esas dos secuencias, lo demás es, la mayor parte del tiempo, aburrido y redundante. 

Los personajes empiezan hablando como poligoneros y macarras. Los actores están metidos en sus papeles; hasta que uno de los chicos cuenta la leyenda del lugar: entonces su léxico cambia de forma sorprendente y sólo le falta recitar a Shakespeare. Es uno de esos errores que te puede sacar de una película que se presupone seria.

Si Escóndete hubiese apostado más por el humor podría haber sacado partido a los continuos e histéricos gritos de los protagonistas, a la supuesta lejanía del pueblo más cercano –se ven luces de varias casas en los alrededores-, a la incapacidad de los supervivientes por encontrar una salida de un sitio derruido o de salir por una ventana, o a varias incoherencias más. 

Este film no suma nada nuevo que no viésemos mucho mejor –uno ya se cansa de ver personajes de cara a la pared- en El proyecto de la bruja de Blair o en la reciente y modesta Atrocious. Lo peor es que, en otros infames plagios, como Grave encounters, The tunnel o Haunted Changi, encontramos más sangre y diversión que en la película de Roque Madrid.

En mi opinión un corto podría haber sido una magnífica opción para una trama anecdótica que de tanto estirarse se hace, citando a Juanito, “molto longo”.

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