Director: Enrique Urbizu, Año: 2012, Interpretes: José
Coronado, Rodolfo Sancho, Helena Miquel, Juanjo Artero.
Sinopsis: Madrid, principios del siglo XXI. Un día, el inspector de
policía Santos Trinidad, volviendo muy borracho a casa, se ve involucrado en un
triple asesinato. Pero hay un testigo que consigue escapar y que podría
incriminarlo. Santos emprende una investigación destinada a localizar y
eliminar al testigo.
La ganadora de los Goya de este año es, en mi opinión,
inferior no sólo a La piel que habito, sino también a los anteriores
films de su autor: La vida mancha o la genial La
caja 507. No habrá… sigue la misma estela de policiaco sucio y lleno de tramas
que tenía La caja…, pero la historia que aquí se expone no llega a enganchar
del todo, y tras un inicio magnífico, la película se pierde girando sobre si
misma sin llegar a ningún lado. Es cierto que recupera el tono hacia el final,
y que está rematada con pericia y elegancia, pero le falta argumento y fondo
para ser algo más que un buen Thriller. Y ojo, que en mi opinión es un buen
Thriller, algo muy meritorio en la cinematografía española, falta de
presupuestos para películas de este tipo; el problema es que Urbizu ya nos
había contado algo muy parecido en La
caja… y mucho mejor.
Sin destripar demasiado la película, tenemos a un policía corrupto en busca de un
testigo que podría comprometerlo seriamente, y una investigación paralela que
asocia al testigo con narcotraficantes y el terrorismo islámico. Se juega con
el peligro latente de la amenaza terrorista y hay una secuencia en el metro que
nos hiela la sangre, pero los malos parecen malos y eso le resta algo de ese
realismo casi documental que a ratos tiene la cinta.
José Coronado hace un buen papel, y me parece un acierto que
no sepamos como un buen policía ha llegado a ser todo lo contrario. Sin
embargo, las motivaciones de Santos Trinidad quedan difusas cuando debe
enlazarse el pasado y el presente del personaje. Es un hándicap que arrastra
todo el metraje, ya que no sabemos con certeza si lo que le mueve es un afán de
supervivencia, la venganza o la privatización del Canal de Isabel II. Puede que
esa fuese la intención del director, pero el hecho de que los personajes
secundarios, tanto el policía como la juez, no logren pasar de estereotipos (No
hay nada más que ver la secuencia de la juez hablando por teléfono con su hija…
Bochornosa) hace que la película pierda interés.
Aun así, hay que alabar el pulso narrativo de Urbizu, que impide que la película caiga en el tedio a pesar de los baches, y que saca partido a los ambientes urbanos y más deprimentes de Madrid, que la capital no sólo es la Gran vía.
En otro orden de cosas, sigo sin encontrar explicación a los
paneles de críticas que aparecen en revistas, periódicos, etc. Da la sensación,
desde hace mucho, que una película, por ser española, tiene que tener
fortuitamente una media de una estrella más que cualquier otra producida fuera
de este país. Y si la película tiene pinta de que pueda estar nominada a los
Goya, la cosa se pone disparatada.
Puntuación: 6
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