Dado el éxito obtenido por los artículos sobre Scott
Adkins, voy a dedicar, de vez en cuando, algunas reseñas para hablar de cine de
acción y artes marciales. En está ocasión voy a “recomendar” varias películas
de Serie B de los años noventa; y digo “recomendar” entre comillas porque la
mayoría no son grandes películas ni están bien dirigidas, pero son como mínimo
entretenidas y colmarán las expectativas de los aficionados a este género.
BLOODMATCH
(COMBATE SANGRIENTO)
Estamos ante una película que me sorprendió gratamente,
sobre todo cuando conoces la trayectoria de su director, Albert Pyun, un
veterano de la serie Z con tropecientas cintas a sus espaldas, de las que
salvaría su opera prima, Cromwell, El rey de los bárbaros (1982), y
algunas bizarradas tipo Dollman (1991).
Como no podía ser de otra manera con Pyun en el proyecto,
Bloodmatch (1991) está mal dirigida, su presupuesto es ínfimo, varios actores dan risa y el montaje de las peleas no termina de funcionar. Pero triunfa donde
la mayoría de cintas de acción naufraga, se impone con un guión trágico,
pesimista, sorprendente en sus giros y en la resolución. La historia trata de una
venganza, pero es una venganza descarnada, incomoda, con la que resulta difícil
identificarse.
El protagonista
se venga de la muerte de su hermano a sabiendas que estaba corrupto, y
secuestra a sus presuntos asesinos con la intención de matar al causante
material de su muerte. Pronto descubrimos que también eliminara a los
demás secuestrados, a los que considera culpables por ser tan corruptos como su
hermano.

Thom Mathews está perfecto como hermano vengador. Es un
actor que trabaja normalmente para
televisión, aunque ha tenido papeles relevantes en films como El regreso
de los muertos vivientes (1985), La divertida noche de los zombies(1988),
Kickboxer IV, o la gran Viernes 13, Jason vive.
Del resto del reparto mencionar a un experto luchador de
artes marciales y boxeo como es Benny Urquidez, especialista y coordinador de
peleas en producciones como Gladiator, Spiderman o la reciente Rush.
Bloodmatch es uno de los mejores ejemplos de que
el cine de bajo presupuesto puede ofrecer ideas interesantes !Y editada por HBO video¡
Dirigida por Eric Karson en 1990, de Angel´s town se podría decir que es una de las mejores
películas interpretadas por ese trozo de cemento con ojos que es Olivier
Gruner, lo cual no es un gran piropo. No he visto toda su filmografía, pero
aparte de esta, apenas podría recomendar Nemesis (1992), Mercenary (1995)
o Savate (1995). El “actor” Francés fue campeón mundial de Kickboxing, y
en todos sus films predomina el uso de las patadas al estilo Van Damme. La
película de Karson, realizador de las cintas más flojas de Chuck Norris (Octagon),
y de Van Damme (Black Eagle), se mueve en el territorio de la lucha de
bandas callejeras, concretamente entre Hispanos y el resto del mundo.
Gruner interpreta a un ex luchador que llega a Los
Ángeles para impartir clases en una universidad. Como es un tío muy duro y le
importa un pimiento todo, escoge vivir en el barrio más peligroso de L.A, y
hace frente a Ángel -el jefe de la mafia callejera más poderosa de la zona-
para defender a un chico que no quiso entrar en la banda.
Tenemos todos los tópicos de la época: Chicanos
malvados y sin escrúpulos que humillan a víctimas inocentes, luchador
implacable que une al barrio para patear a los malosos, peleas de todos los
colores y unos cuantos tiros. En plena era Bush Sr. tampoco podía faltar el
héroe de guerra en silla de ruedas que acaba sacando su vieja ametralladora
para defender su barrio.

Angel´s Town es un correcto ejemplo del cine de serie-b de acción
de los noventa, su estilo todavía ochentero tiene el encanto de esa década, y
pese a unas interpretaciones pobres y unos diálogos flojos, entretiene y estás
deseando que esos mal nacidos delincuentes se lleven su merecido. Gruner tiene
un buen físico y presencia, pero no se esfuerza en mover un músculo de la cara
en toda la película, ya maten a uno de los suyos, le cuenten un chiste o patee
a quince tíos. Es el actor al que más le cuesta sonreír dentro del cine de
acción, con la posible excepción de Chuck Norris.
En fin, poco más que decir de uno de los títulos
que todos recordamos haber visto en las estanterías de los video-clubs, hace ya
lo que parece un millón de años.